Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

GIMÉZ MAÑANA ¿SERÁ juévez : delicioso cuento de Manuel Santos Greve.

GIMEZ

Mañana ¿Será jueves?

El día estaba diáfano, el coche subía las cuestas como la seda. Costaba centrarse y dirigir la mirada sólo a la carretera. El Atlántico, refulgente a la luz del Sol de Levante, pasa en último tramo a un intenso azul turquesa por el lado de poniente, a la derecha de la carretera.

El ORM, Observatorio del Roque de los Muchachos, en la Isla de la Palma, será mejor o igual a otros, pero desde luego está en un sitio privilegiado. Buen clima todo el año y un entorno familiar, que hace que el trabajo sea, eso, sólo el trabajo y la satisfacción de hacerlo. Hay que desplazarse hasta allí. Yo vivo en la playa de Los Cancajos, cerca de Santa Cruz, pero sin esforzarse se hace en menos de 90 minutos. Y eso no es todo los días. Generalmente, entre semana, me quedo a dormir en la residencia de la cumbre, una veces de día y otras de noche.

Sólo unas palabras sobre mi trabajo en el Observatorio. Se diría que, estando trabajando, haciendo unas prácticas de postgrado, en un Observatorio, me debería pasar el tiempo mirando las estrellas. Pues mas bien, me paso el día, como cualquier empleado de banca, delante de la pantalla de un ordenador.

Aquello de los tiempos románticos en que se miraba al cielo por el ocular del telescopio, solo quedan para las visitas de políticos.

La astronomía, pertenece al grupo de ramas del saber, cuya comprensión se hace difícil a los que no estamos en ello. Miramos los cuerpos celestes, los catalogamos, les damos nombres, y anotamos sus características. Ya hemos aprendido que el cielo está ahí arriba, y que sus cambios son tan lentos, en comparación con la vida del hombre, que cualquier variación del universo presupone millones de años. Estamos pues estudiando sólo una foto instantánea, y tratamos, a partir de ella, de saber como ha surgido, como evolucionará y cual será su futuro. Algo así como, si a partir del cuadro de la Gioconda, nos pidieran saber como fue el parto de la niña, su juventud, y si morirá en Estado de Gracia.

La excepción es el Sistema Solar. Este entorno próximo, de satélites y planetas con algún cometa esporádico.

De principio se podría pensar que poca o ninguna utilidad podemos sacar de todo el esfuerzo que se dedica a la astronomía, pero gracias a los conocimientos acumulados ya tenemos el viaje a la Luna, los satélites de comunicaciones y métodos mucho más precisos de predicción del tiempo.

En días de verano, mi padre me mostraba el cielo y me iba señalando las constelaciones. Se sabía el nombre de muchas estrellas, y despertó en mí la curiosidad primera de Kant.

«Dos cosas colman el ánimo con una admiración y una veneración siempre renovadas y crecientes, cuanto más frecuente y continuadamente reflexionamos sobre ellas: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí.»

La ley moral, bien es verdad que toda mi vida me la he tomado bastante a la ligera, pero eso del “Cielo estrellado sobre mí” me ha sobrecogido siempre.

Se me acumulaban ya de niño los ¿Por qué? Pese a los diez años que llevo dedicándome a esta disciplina, sólo he logrado aumentar el nivel de mi ignorancia. Es una ignorancia consciente, que me estimula a buscar alguna respuesta, y ver como de esa respuesta surgen muchas preguntas más.

Aparqué el coche en el amplio reservado para el personal del Observatorio. Cogí el ordenador portátil y me fui hacia el Centro.

- Buenos días, Clara, ¿Hay alguna novedad?

- Pues sí, el jefe quiere verte, lo encuentro optimista.

Fui a mi mesa, dejé el maletín con el PC y me dirigí al despacho de Don Andrés.

- Buenos días Andrés, me han dicho que querías verme.

- Sí, hola Paco, buenos días, siéntate. Cuéntame como llevas lo de la Universidad de Santiago.

- Pues bien, como sabes, me pidieron unas comprobaciones del ENVISAT. Están pidiendo que analice el color del agua del mar en la zona donde se hundió el PRESTIGE para saber si aun hay restos.

Ayer descargué los datos del satélite y hoy me queda redactar el informe. Nada relevante. Ni que no se haya anunciado antes. Habrá pérdidas de fuel, no digo que no, pero hoy por hoy no se percibe nada. Da mucha más señal visible un banco de sardinas.

- Bien, pues termina eso, las mismas frases amables de siempre. Estos son del PP y nunca se sabe a quién tendremos que pedir los próximos presupuestos.

Y ahora escucha: He aceptado, por que nos lo pagan muy bien, un trabajo de los que a ti te gustan. Universo profundo. La universidad de Stanford está haciendo un trabajo sobre el desarrollo de las galaxias y nos ha pedido que le hagamos un mapa del sector sexto de la Galaxia Andrómeda. Aquí tienes los datos con la descripción del trabajo.

- ¿Cómo es que no lo sacan con el Hubble?

- Por dos razones, el Hubble quizás podría, pero es más caro que nosotros, y aunque a nosotros nos lleve más tiempo, logramos con la combinación de los múltiples espejos del Telescopio 2 casi más resolución que nadie. Quieren que les señalemos cada punto individual que logremos diferenciar del ruido de fondo.

- ¡Me gusta!, pero hacerlo adecuadamente va a costar mucho tiempo, ¿Cuánto tiempo estimas que me costará estar durmiendo de día?

- No te quejes. Efectivamente tendrás que pasarte las noches aquí durante un par de meses, pero ya sabes lo que es, te quedas preparas la toma de la imagen, y a dormir durante dos horas, otra toma y nueva cabezada, Eres joven. A partir del segundo o tercer día se te ha hecho el cuerpo a eso de dormir a impulsos. Todos lo hemos vivido.

- No, eso no me preocupa, pero las “discos” de Santa Cruz no las abren de día. Me tendré que contentar con la playa de Tazacorte. Aprovecharé para aprender a navegar en balandro.

- Pues, lo dicho, Paco, coge el pendrive y mañana me preparas un plan de ocupación del observatorio. Estamos en Noviembre. Andrómeda estará visible hasta final de Marzo. Deja algunos huecos para cosas esporádicas o urgentes que necesiten horas de ese Telescopio.

Recogí el pendrive con los 16 mil millones de datos con los dedos índice y pulgar, me despedí de Andrés, salí de su despacho y me fui, de lo más satisfecho a mi mesa.

Una investigación en el espacio profundo. Y dos meses del Telescopio Grande. Es lo que había soñado durante mi carrera.

La realidad me había traído después a múltiples trabajos, casi todos relacionados con satélites artificiales. Una temporada, siniestra, estuve siguiendo y catalogando la basura espacial. Los miles de trozos de metal de desecho que andan por orbitas próximas y lejanas, girando alrededor de la tierra, capaces de dañar o destruir cualquier lanzadera.

Andrómeda

Andrómeda es la más bonita de las galaxias del cielo, la podemos ver de otoño a primavera, a simple vista nos parece una estrella más, pero bastan unos prismáticos para ver su forma de espiral.

Los de la Universidad de Stanford habían repartido el trabajo de observación por sectores, y a mi me tocaba estudiar una doceava parte, el sector de la 5 a las 6.

En el pendrive venía todo muy explicado a la americana. Claro, con ejemplos y con colores.

Los puntos más brillantes son estrellas que están más próximas a nosotros y que nos tapan Andrómeda. La galaxia Andrómeda está formada por miles de puntos minúsculos, que a penas se diferencian de ruido de fondo propio del universo. Hay además nubes de gas, tan sutil que a penas tiene unos cientos de átomos por metro cúbico, pero que impiden totalmente o en parte el paso de la luz de esos micropuntos, que son las estrellas de la galaxia Andrómeda.

En cierto modo, La Galaxia Andrómeda, M31 para nosotros, los astrónomos, se parece mucho a nuestra Vía Láctea, pero a más de dos millones y medio de años luz.

Entre terminar el trabajo para los gallegos y hacer el planning de ocupación del Telescopio 2, no pasé la primera noche en blanco hasta el 2 de Diciembre.

Serían un total de 400 imágenes individuales de pequeñas zonas, que luego el ordenador analizaría y generaría un “Listado de puntos” con sus coordenadas, y si era posible, asignarles orden de magnitud.

Las dos primeras noches las pasé en compañía de la cafetera. Después el sueño ya seguía mis pasos. A las 8 de la mañana, desayunaba y me iba al dormitorio de la residencia, hasta la una o las dos, que me bajaba al puerto de Tazacorte.

Allí, en el merendero se come aceptablemente. Es un punto de visita obligado en la isla. Ese merendero es el negocio más occidental de España.

En Tazacorte me compré un balandro de segunda mano. Un 4.40. Me lo vendió una gestora, por encargo de un Alemán que se había pasado el verano dándole la vuelta a la isla. Mis aspiraciones eran más modestas. Yo sólo quería tener una excusa para llevarme las chicas a balandrear. Lo de bailar se me da fatal, pero en un balandro, con la ayuda del oleaje y el espacio limitado, las posibilidades de intimar aumentan mucho.

Para sacar el balandro por la tarde, ando pidiendo ayuda a alguna de las turistas nórdicas, que no faltan. Y las más de las veces, se avienen a acompañarme.

Al tercer día ya era el cliente favorito del merendero, y mi vida estaba tomando buen rumbo. Un trabajo interesante, buena comida y paseos por la playa.

18 de Diciembre. Subrayo la fecha.

- Hola Andrés, tienes un minuto.

- Sí, pasa Paco, ¿Qué me cuentas?

- Tengo algo que no termino de entender.

- Tu me dirás

- Ten este pendrive. En él tienes unas imágenes mandadas por los americanos que hacen frontera con las que yo he empezado a sacar. En la zona en que se solapan ¡Yo tengo una estrella más! Y no es discutible. He hecho la toma tres veces. Y tampoco es una estrella tan tenue como para que ellos no la hubiesen reconocido.

El programa de reconocimiento le ha asignado un nuevo número, el HD357732P, pero ¿Es que ha surgido de la nada? ¿Es la explosión de una Super Nova? Míralo despacio y mañana me lo cuentas. Ahora me voy a la cama.

Las Novas y Super Novas son estrellas que han llegado al fin de su vida, y en el proceso de transformación hay un periodo explosivo, que visto desde la tierra, dura de días a meses, en el cual se vuelven extraordinariamente brillantes. Si la estrella está muy lejana, podría ocurrir que sólo fuese visible en esa etapa.

Al día siguiente, Andrés coincidió con mi diagnóstico, y lo comunicamos a Stanford.

Algo de paréntesis siempre se hace con motivo de las Navidades. Subí a la Península. Estuve casi los diez días en el chalet de mis padres en el Escorial, ya están jubilados, allí nos reunimos toda la familia. Tuve que soportar todas las bromas sobre mi soltería, y los intentos de querer emparejarme. Dos hermanos y dos hermanas, los cuatro casados y con críos, lo ven como un fracaso personal.

A mi regreso seguí dando cursos de balandreo todos los días que hacía sol, hasta que mediados de Enero apareció Lila. Lila venía decidida a aprender español. Sabía manejar la vela y el timón mejor que yo, y las cosas se complicaron.

- Hola, Paco, - me dijo Andrés el lunes al llegar – pásate por mi despacho cuando puedas, los de Stanford nos han contestado.

Efectivamente en Stanford habían reconocido la explosión de la Nova y nos encargaban de su estudio, durante el tiempo que durase hasta su extinción.

Lila no era de astronomía, pero si de Ciencias Físicas, y podía hablar con ella de mi trabajo. Estuvimos viendo las imágenes de la Nova, HD357732P, que en Stanfor le habían puesto en mi honor el nombre de GIMEZ, el Jiménez de mi apellido. Me sentí halagado, y me animó a seguir analizando “mi” Nova.

Cada tres días hacía una toma de minúsculo trozo del cielo donde se encontraba GIMEZ. No se notaba ninguna variación. Debería existir una variación en el brillo, pero no se percibía nada. Empecé a pensar que las tomas de Stanford, antes de la aparición de Gimez eran las que estaban mal.

Entre Lila, y las noches con el Telescopio 2, los días se pasaban muy deprisa. Cuando en Marzo preparé el informe sobre Andrómeda y Gimez, mis conclusiones sobre la Nova eran imprecisas. Entre las imágenes que nos había proporcionado Stanfor, en que Gimez no estaba, y la primera tomada por mí, habían transcurrido casi dos años. A Gimez la detecté el 18 de Diciembre, y desde entonces no se ha detectado ninguna variación cuantificable del brillo, aunque subjetivamente creía que algo había aumentado, y así lo puse en el informe.

Con esto quedó terminado mi trabajo. Andrés me pidió que de vez en cuando siguiese la evolución de la Nova Gimez. Eso lo hubiese hecho de todas maneras, para eso llevaba parte de mi nombre.

Volví a mis satélites, ahora con el INTA. Había que buscar una órbita polar. Lo más libre de basuras y de interferencias con otros satélites.

Lila ya hablaba español por los codos. Ahora está de Guía en Taburiente. Pasea a los turistas por la caldera, los guía por los senderos y les cuenta unas maravillas que, yo creo que se las inventa.

El verano en La Palma es mucho más llevadero que en Madrid, pero así y todo, la visita a casa es obligada. Lila se ha venido conmigo. Qué alegría se han llevado todos cuando ¡Por fin! ven mi matrimonio en el horizonte.

En Septiembre, el día 4, estaba de nuevo en el Observatorio. En cuanto ordené todo pedí hora para el Telescopio 2. no me la dieron hasta el la noche del 13.

- Andrés, ¡Tienes que ver esto!

- Vale Francisco, con calma. ¿Qué me cuentas?

- ¡Qué Gimez se mueve!

- Anda ya, déjate de pamplinas. Bueno es que sea tu estrella, pero no pretendas ahora zarandearla.

- Ya sé que parece absurdo. Pero… juzga tu mismo.

Yo sabía que decir que algo se mueve a miles de años luz es absurdo, y estaba preparado.

Llevaba tres imágenes en papel sacadas por el plotter en DIN A0, la primera que saqué, la del 18 de Diciembre, otra tomada en Marzo y esta última, casi nueve meses después.

- Como verás, en primer lugar Gimez ha pasado de magnitud +29 a +28, a aumentado su brillo, y si miras su declinación y la ascensión, que no las pongo yo, las pone el ordenador, hay dos centésimas de diferencia en la declinación. Claramente son debidas a que hemos cambiado de posición, ¡nosotros!, ya que la diferencia máxima se percibe entre las imágenes de Marzo, y esta última de Septiembre, con la tierra en oposición respecto al sol.

Eso nos dice, que no estamos en el espacio profundo, esto es algo próximo. He intentado la espectrografía, pero con esta magnitud tan débil no he podido sacar nada en claro. Necesito el telescopio del Hubble para que confirme todo esto. Y el Chandra debería decir si se reciben emisiones de Rayos-X. Hay que aclarar qué tipo de cuerpo es. Sea lo que sea, se está aproximando.

Mi jefe y amigo Andrés, se quedó callado, mirándome.

- Si no te conociera desde hace años, pensaría que estabas tratando de venderme una estafa.

Esta semana nos vamos a pasar tu y yo las noches en el Telescopio 2. Si me estas engañando, o simplemente te has equivocado, te mando con los becarios a enseñar la luna a los turistas con los catalejos de feria.

No me había equivocado. Le pasamos la bola a Stanford, pero exigiendo que el mérito del descubrimiento de Gimez se le reconociera al ORM, Observatorio del Roque de los Muchachos, en la Isla de la Palma.

Chandra Hubble

Después de las primeras observaciones del Hubble, la existencia del cuerpo extraño, procedente de nuestra propia galaxia, y aproximándose al Sistema Solar, se confirmaron. Algo, y gordo, se acercaba.

Como pasa en estos casos, los agoreros de siempre malinterpretaron las informaciones y anunciaron el fin del mundo. De momento no había datos para estimar una trayectoria. Para ello se necesitaban dos años más.

La estimación más probable es que Gimez sea una enana marrón, es decir una estrella, que nunca llegó a estrella, o un fragmento de otra estrella mayor. En cualquier caso de un diámetro como Neptuno a Júpiter, y con una masa varias veces mayor.

Arecibo

A los años no los detiene nadie, yo me casé con Lila, y tenemos una casa en Santa Cruz. En Tazacorte tenemos también un apartamento, y los niños, (tenemos dos, un Paquito y otra Lila), son habituales de las guarderías de ambas ciudades.

Hoy se cumplen tres años desde el 13 de Dicembre, esa fecha que subrayé. Me nombraron coordinador internacional de los datos y del seguimiento de Gimez. La semana pasada recibí los últimos datos de Arecibo y el Hubble.

Andrés y yo hemos pasado la noche en blanco, pero no con el Telescopio. Hemos repasado todos los datos recibidos, y hemos repetido tres veces los cálculos. Siempre nos da igual. Gimez, viene camino del Sol a 46.368 Km/hora, y en ese camino intercepta la orbita de la Tierra, justo el 12 de agosto. Dentro de dos años y medio. Y lo que no terminamos de creernos, es que ese día, y a esa hora, la Tierra estará alli.

- Andrés, ¿Piensas lo mismo que yo?

- Si Paco, esto es como un embarazo. Podemos ocultarlo un tiempo, este primer año, en que Gimes no se distingue, todo puede quedar en elucubración de astrónomos. Hasta entonces será sólo un punto más en cielo. Parecerá un satélite más. En enero del año final ya el embarazo será evidente. Gimez empezará a crecer y pasará de ser visible como Júpiter a brillar como Sírio en un mes. Para esa fecha ya todo el mundo sabrá que el impacto es inevitable. Cualquier aficionado a la astronomía podrá calcular la hora del impacto. Otro mes más y doblará su tamaño. En Junio ya tendremos una luna pequeñita, que irá aumentando de tamaño. Y en agosto Gimez pasará del tamaño de la luna al del sol, y en los días previos al impacto se verá cubrir el cielo día por día. El día 12, a las 23.52 entrará en las capas altas de la atmósfera, y un segundo y medio después habrá impactado con la Tierra. Creo no equivocarme mucho si digo que en los dos segundos siguientes habrá desaparecido el planeta Tierra, quedando solo como polvo incrustado en la masa de Gimes.

No hay solución posible, ni alternativa.

Si lo contamos en primer lugar nos tomarán por fatalistas, después nos harán culpables. Suerte tendremos si no vienen a por nosotros.

¿Qué piensas tú? Al fin y al cabo tú eres el coordinador del proyecto, y la última palabras la tienes tú.

- Hemos pasado la noche en blanco. Los de Stanford pueden esperar aun varios días nuestra valoración de los datos. Vámonos a dormir. Yo tengo aun que arreglar la vela del balandro. Se anuncia un tiempo estupendo y le he prometido a mis Lilas y a Paquito que saldríamos a navegar. El lunes nos vemos.

Y el caso es, que me dormí, como si el problema fuera con otros.

El asunto me resultaba meridianamente claro. Si la colisión era tal como preveíamos, no había solución. Si de otra parte, Gimez seguía una trayectoria unas centésimas de grado a derecha o izquierda, todo quedaría en una anécdota. El Sol absorbería a Gimes, y ese año habría una mancha solar más.

Los datos del Hubble habían llegado encriptados, al igual que los de Arecibo. El programa de cálculo nos lo había cedido Stanford. Pero otra parte de la elaboración de los cálculos era nuestra. Así que de momento el secreto estaba a salvo.

Los padres de Lila, estaban pasando el verano con nosotros en La Palma. Se habían jubilado los dos y estaban encantados con los nietos. Eso me permitió ir a Stanford. Me habían pedido que diera una conferencia sobre Gimez. Andrés me ayudó.

No es fácil engañar a una comunidad científica tan cerrada como la de los astrónomos. Pero lo hice. Lo probé varias veces con todos los juegos de datos. En todos incluí el error. Como haciendo un pase torero, la Tierra cruzaba por delante de la enana marrón. Creé un nuevo problema ¿Como afectaría al Sol el impacto de Gimez?

Solucionado el engaño temporal, preparamos nuestra táctica de evasión. A los primeros síntomas visibles del embarazo le faltaba un año, o quizás algo menos.

Andrés, anunció que se divorciaba y unía a Clara, su secretaria, y que renunciaba a la dirección del centro. Dijeron que se iban a un “viaje largo”.

Yo me estudié el SFSR, Síndrome de la Fase del Sueño Retrasada y logré que me dieran de baja durante un mes, extensivo a otro más, y después pedí la baja por razones de salud.

A finales del año previo, algo se empezaba a rumorear por Internet del “Día Final”. Con motivo de la Navidad, logré que todos nos reuniéramos en El Escorial. Mis padres, los cuatro hermanos con sus mujeres, los padres de Lila y la gran prole. Pedí a la Abuela Tata, que nos crió a todos, a María, que llevaba doce años en casa y Emilio, el chofer y jardinero que vinieran a tomar el café al salón. Una gran audiencia para una gran noticia.

No suelo beber, pero ese día 25, antes de empezar a hablar me tragué la copa de orujo de golpe.

- Familia, esto no es fácil. Se que habéis estado preocupados por mi salud y por la pérdida de mi trabajo en el Observatorio. Quiero que sepáis que todo ha sido una farsa. Estoy perfectamente. Todo ha sido premeditado.

Sobre esa estrella que anda por ahí con el nombre de Gimez, que lo tiene por ti papá y por el abuelo y vaya Vd. a saber por quienes más que se llamaron Jiménez, os anuncio que:

Sí. Que es verdad. Que lo que se rumoréa es cierto. Nos caerá encima el 12 de Agosto de este año nuevo.

Hace ya casi año y medio que descubrimos en La Palma que esto iba a suceder. Mentimos conscientemente y me precio de haber engañado a los americanos y a todos. Modifiqué los datos, modifiqué el software. Lo que no pude modificar fue la realidad. Pero al menos habéis tenido año y medio más de vida normal.

Lo que pase a partir de ahora es una incógnita para todos. Para nuestros primeros cálculos utilizamos datos del observatorio de Arecibo, en Puerto Rico, y de los satélites, una cosa que estaba sólo al alcance de unos pocos. En el tiempo transcurrido Gimez ya se ha acercado a una distancia tal que cualquiera de los cientos de observatorios del mundo ya puede determinar la trayectoria de acercamiento y reconocer que la colisión es inevitable.

Sé que la televisión y los periódicos han dejado pasar estos días de Navidad, pero probablemente mañana ya anunciarán la noticia. Dirán que hay un cuerpo celeste que se acerca, y que podría haber un remoto riesgo de colisión.

Los políticos tratarán de minimizar el hecho, pero la verdad es esta:

Ahora Gimez está a mil quinientos millones de kilómetros, y todavía se ve pequeña. Como una estrella más. La gente aun no se lo creerá, y la vida seguirá normal.

En mayo, la estrellita ya se verá como la mitad de la luna, y empezarán los problemas. Ante la certeza de una destrucción total del mundo en Agosto, ¿Cómo reaccionará la humanidad?

Repito que no hay escapatoria. No hay nada que la humanidad pueda hacer, ni lanzar cohetes, ni maravillas como en las películas, el 12 de Agosto, a las 23:53, Gimez tocará á superficie de la tierra, y dos segundos después la corteza terrestre se partirá como un coco, el magma interior se esparcirá por la superficie de Gimez, y por supuesto de la vida terrestre no quedará, ni rastro.

Gimez seguirá imperturbable su camino hacia el sol, y allá irán detrás los satélites de comunicaciones, la luna y otros satélites menores, y se estrellará definitivamente contra el sol cuatro meses después.

¿Qué podemos hacer nosotros? Difícil aconsejar. Lila y yo, que estamos en la trágica realidad desde hace año y medio, lo tenemos aceptado. Tratamos de hacer a nuestros hijos lo más felices posible, y de aprovechar cada minuto de vida.

Los problemas se multiplicarán en la etapa final, la desesperación se apoderará de las masas. ¿Cómo puede mantenerse el orden con un horizonte de muerte cierta a dos o tres meses vista?

El aprovisionamiento y la logística de distribución no creo que se mantenga más de dos o tres meses más. Después se producirá el desabastecimiento general, y como consecuencia el pillaje y la formación de bandas incontroladas.

¿Qué valor tiene la vida, cuando, a pocos meses vista, todos moriremos?

Si logramos mantenernos con vida hasta agosto, podríamos reunirnos aquí a esperar juntos la llegada de Gimez. Estando juntos nos parecerá que ese segundo final es menos doloroso.

Después de un silencio, mi madre tomó la palabra:

- Paquito, nos has dado las Pascuas. No estarás de broma ¿Verdad?

- No mamá, qué más quisiera.

- Pues resignación. Pero eso será dentro de ocho meses. De momento aun nos quedan los pasteles y el champán. María traiga las botellas de la nevera, y vamos a brindar todos juntos, por estos ocho meses de vida, que quizás aun nos queden.

Efectivamente, la cadena Carrefour fue la primera en cerrar a mediados de Junio. Los mercados tradicionales estuvieron trayendo cosas hasta mediados de Julio.

A primeros de Agosto, cesó el suministro eléctrico y el Canal de Isabel II también dejó de proporcionar agua. Con dinero ya no se conseguía nada.

Los componentes de la familia Jiménez, desde final de Julio nos atrincheramos en la casa El Escorial. Estábamos bien abastecidos y armados. Tuvimos que rechazar un par de asaltos de pandillas. Enterramos a tres chavales que se habían hecho con escopetas de caza.

El miércoles 12 de Agosto hizo mucho calor. La piscina la teníamos vacía para evitar tentaciones a los merodeadores. Puedo decir que esperábamos con cierta impaciencia la caída de la tarde.

Ese día no se veía a nadie por las calles del pueblo.

Preparamos las mesas en el jardín. Vinieron para la cena la familia de María y de Emilio. La Abuela Tata sólo nos tenía a nosotros.

Mi madre, siempre viendo el lado positivo de las cosas, comentó:

- Hoy, es seguro que a nadie le sentará mal la cena. Papá, hijos, hoy no os reprenderé si bebéis algo más. Hasta yo, voy a hacer un exceso. Creo la ocasión no se va a repetir.

Gimez, como una luna llena, ocupaba medio cielo, iluminaba la noche. Mirando sus bordes, se veía que iba haciéndose más y más grande, según iba anocheciendo.

A las 23:40 me abracé a Lila, a Paquito y Lilita. No me da vergüenza reconocer que a mí, y a todos, se nos caían las lágrimas. Nos quedamos mirando el cielo y vimos como Gimez tapaba todo cielo, con una macha negra en el centro. La sombra de la tierra sobre Gimez. Esa mancha negra se hizo más y más grande… miré el reloj, eran las 23:52.

Lo último que pensé: Mañana, no será Jueves.

N. del A. Se ha hecho abstracción de los problemas derivados de la atracción de Gimez, que harían la etapa previa a la llegada del mismo, mucho más dramática. Por el efecto de dicha atracción, la atmósfera de la Tierra se trasladaría a Gimez y las mareas llegarían a alcanzar kilómetros de altura, barriendo la tierra diariamente.