Texto publicado por Azucena

pequeños fracmentos importantes

aún recuerdo aquellos días en que tu ibas al jardín de niños: recuerdo que te levantaba a la hora necesaria para ayudarte a vestirte, ponerte los tenis, darte algo de tomar, mientras tu veías esos programas de televisión que te gustaban, aún recuerdo ese aroma de mi niño querido, cuando estabas listo para irte a tus clases; cuales en realidad nunca te parecieron divertidas, pues lo tuyo era andar brincando y trepando por los árboles, todos aquellos momentos en que te veía jugar con tus juguetes preferidos: los rompecabezas, la plastilina, y demás juegos en los que fantaseabas... me encantó cuando reafirmabas ese gusto por desarrollar tu creatividad, armando muñecos de popotes y palillos.
Hoy el tiempo ha pasado, y de verdad lamento mucho el no haber disfrutado todos esos momentos, cuando acedía a jugar contigo.
Me hubiera gustado tener un mejor papel al cuidarte, hoy me arrepiento de las veces que te levanté la voz y te llegué a poner una mano encima; hoy ya has crecido, y el tiempo no se puede regresar; hoy sólo quiero que hagas lo que te hace feliz, y agradezco infinitamente a la vida poder estar para cuando me necesites, ayudarte en lo que pueda, o ya sea para sugerirte o para acompañarte en lo que tú me lo permitas
agradezco a la vida el haberte conocido: recuerdo cuando ya habías nacido, y pregunté si había sido niña... nuestro hermano me contestó que no, y entonces dije... yo quería niña, pero en cuanto te conocí, te convertiste en el enfoque de toda mi atención, y me hubiera gustado tener muchas cosas que regalarte, porque fuiste un bebé que nació en una familia de muy bajos recursos, tanto que todo cuanto te cobijaban, te envolvían hasta pañales, en un principio tuvieron que ser adaptados para poder cubrir tu necesidad, afortunadamente hubo quienes fueron solidarios y te donaron las vestimentas que sus hijos habían utilizado mientras eran bebés; recuerdo que te paseaba por aquella carriola, que si no hubiera sido porque no la cuidé, tal vez la hubiera podido utilizar otro niño; como olvidar el día en que te di de comer galletas, el día en que te alimenté por primer vez, tampoco olvido el día cuando tenías aproximadamente año y medio, cuando introdujiste una corcho lata a tu boca, y no sabías como sacarla, y verdaderamente me eso muy feliz ver como mediante una simulación de como tenías que expulsarla, tú lo lograste, suceso que te duró todo el día, pues cuando llegó nuestra madre enseguida se lo contaste a tu manera, por lo que a mí me tocó explicar de qué se trataba lo que decías; tú eras mi muñeco hermoso, para mí era un encanto salir a jugar con mis amiguitas y todas ellas tenían una muñeca, pero yo tenía un bebé de verdad, y que lloraba y no se dejaba que alguien más lo tomara en sus brazo cuando ya se quería dormir.
hoy con nostalgia acepto que me hubiera gustado darte una mejor educación de la que sé que te di, aunque no eres mi hijo, en un momento de mi vida, eso no tenía importancia, porque no ocupaba ser tu madre biológica para poder serlo, aunque mas tarde debido a las necesidades de tu crecimiento y las decisiones que nuestra madre tomaba, tuve que sentarme en mi realidad y reconocer que yo sólo era la hermana mayor, pero nada más, que inclusive yo también vivía al cargo de nuestra madre, y que ella era quien nos mantenía con los recursos necesarios para vivir, y hacía lo mejor que podía como persona, hoy para mi ella es la mejor madre que puedo tener, aunque en determinado momento yo también necesité una figura superior en el sentido moral, pues hubo más de una vez en que consideré que todo cuanto ella se desahogaba conmigo superaba mi nivel de poderle sugerir o aconsejar, y únicamente me limitaba a escucharla, y mencionarle todo lo bueno de las circunstancias de tales momentos que se mencionaban; ni hablar, yo hacía lo mejor que podía, cosa que también le agradesco a la vida, el haber podido estar ahí para Ella.
En varios días en que cumplías años, me hubiera gustado poder darte algunos de los regalos que deseabas, o simplemente poderte festejar en fiestas como tal vez te hubieran emocionado bastante; mi hermanito querido, eres uno de los seres que más amo en este mundo, y el hecho de ver que has crecido es una sensación encantadora, saber que ya casi eres un adulto, me enorgullece, porque pese a tus defectos como persona, eres un chico bueno y con una nobleza de la que tal vez ni siquiera eres consiente, recuerdo lo que me contaron que iciste hace unos meces, cuando adoptaste aquel perrito que handaba perdido por la calle. No creo tener un límite para escribirte cuanto ciento por ti, lo único que puedo decir es que te agradezco que hoy en día me tengas un lugar en tu vida.