Texto publicado por Sarita Guerra

Manuel Alberto Haba Hernandez: LAS ENFERMEDADES OCULARES

Si hay lucecitas en la visión, acuda al oftalmólogo ya

No exageramos si decimos que prácticamente todos hemos visto lucecitas fugaces que nos desconciertan por un momento, pero en cuanto recuperamos la visión
normal nos olvidamos de ellas; ¿por qué se producen? Siga leyendo, puede ser algo importante.

n algunas personas se presentan con frecuencia y, por lo mismo, resultan tan familiares que les restan la importancia que debieran tener. Lo cierto es
que la Medicina reconoce dos tipos de “lucecitas” repentinas que denotan alguna anomalía en la salud.

El primero de ellos se denomina fosfenos, y se explica como manchas luminosas generadas en la retina, las cuales persisten en la oscuridad durante breves
minutos tras mirar fijamente una fuente luminosa durante aproximadamente 30 segundos.

En ocasiones se ven sin que realmente haya habido una luz que las justifique, por ejemplo, cuando una persona se incorpora abruptamente se genera un cambio
brusco en la presión arterial dando pie a lo que se conoce como lipotimia, la cual no es una enfermedad propiamente dicha y se caracteriza por palidez,
pulso débil, fosfenos, dilatación de las pupilas y en ocasiones desmayos. Suele suscitarse por incapacidad del corazón para mantener la presión arterial
normal, la cual ésta tiende a bajar, lo que la Medicina llama hipotensión ortostática.

Cabe destacar que se llama fosfenos psicosomáticos a las “lucecitas” fugaces causadas por estrés, cansancio, depresión o angustia, así como por diabetes.
Contrariamente a lo que mucha gente supone, debe acudirse al médico ante alguna manifestación de luces en la visión, ya que puede ser el primer paso para
detectar un problema de salud y detener su avance.

Lo anterior cobra importancia si pensamos que los fosfenos son también el primer indicio de desprendimiento de retina —se explica adelante—, como lo son
también otro tipo de chispas o destellos luminosos llamados fotopsias o miodesopsias (también conocidas como moscas volantes). Se trata de pequeños puntitos
o nubes que se mueven libremente en el campo de visión, y que se hacen especialmente evidentes al mirar una superficie de color homogéneo y con luz brillante.

Si usted ha experimentado este tipo de luz en forma de ráfaga o chispas a lo largo de varios días continuos, acuda cuanto antes a revisión por parte del
oftalmólogo, sobre todo si empieza a notar una sombra en el campo visual, lo cual indicará que el problema ha empezado a tomar proporciones de consideración,
ya que la retina sufre pequeña lesión o agujero que puede crecer. Tenga en cuenta que no causa dolor y puede pasar desapercibida durante mucho tiempo.

¿Cómo se desprende la retina?
Antes de continuar, es importante recordar que el ojo posee tres capas fundamentales desde fuera hacia dentro:

a) Esclera. También llamada esclerótica; es la cubierta blanca protectora del globo ocular, al cual rodea excepto en su parte inferior donde se encuentra
la córnea, que es transparente, tiene forma abombada y permite el paso de la luz al interior del ojo.

b) Úvea. Estructura intermedia, formada principalmente por vasos sanguíneos que nutren a las otras; se divide en tres partes:

Iris. Anillo coloreado que rodea a la pupila negra; se abre y cierra como la lente de una cámara, con lo cual permite mayor o menor entrada de luz al interior
del ojo. El espacio delimitado por el iris en su centro es la pupila (se aprecia de color negro al observar el ojo de una persona).
Cuerpo ciliar. Conjunto de músculos que adaptan la forma del cristalino o “lente” natural con que el ojo enfoca los objetos cercanos y distantes.
Coroides. Revestimiento interior del globo ocular que se extiende desde el extremo de los músculos ciliares hasta el nervio óptico, localizado en la parte
posterior del órgano.
c) Retina. Parte más interna que se sensibiliza ante estímulos luminosos y representaría la película de la cámara de fotos, es decir, en ella se forman
las imágenes en el fondo del ojo; está formada por las terminaciones del nervio óptico y está unida a especie de gel transparente llamado vítreo. Es importante
saber que consta de dos elementos:

Central o mácula. Permite la visión a detalle, por lo que se utiliza para reconocer, leer y conducir, entre otras actividades.
Periférica. Proporciona imagen burda, por ejemplo, cuando estamos leyendo y entra alguien a la habitación y le vemos pasar, pero no distinguimos bien sus
características.
Ahora bien, como un proceso derivado del paso del tiempo, el vítreo paulatinamente se va separando de la retina y tiende a “jalarla” consigo hasta desprenderla
ligeramente de la parte posterior del ojo. Generalmente esta anormalidad no causa problemas, pero puede llegar a moverla con mucha fuerza hacia diferentes
posiciones hasta separarla considerablemente (de manera similar a cuando quitamos el papel tapiz de una pared), creando grave problema en la vista.

Sucede también que debido a intensa inflamación, hemorragia o fuertes golpes el vítreo altera su forma original y la retina se adelgaza, la cual puede
ocasionar que ésta se desgarre e, incluso, se desprenda. Lo anterior causa hemorragia y deteriora la vista, de tal forma que el afectado comienza a ver
miodesopsias y, con el paso del tiempo, sombras; conforme progresa este daño se adquiere visión opaca.

La oftalmología reconoce diversos factores de riesgo que pueden llevar a desprendimiento de retina, entre los que pueden mencionarse:

Edad avanzada.
Miopía (deformidad del ojo que ocasiona problemas para ver de lejos).
Antecedentes personales de enfermedades en retina, por ejemplo, degeneración macular (ocasiona que se vean imágenes deformes y borrosas) o retinopatía
diabética (deterioro en los vasos sanguíneos que irrigan a la retina por el exceso de azúcar en sangre).
Haberse sometido a cirugía para extirpar cataratas.
Sufrir fuerte golpe en los órganos de la visión.
Lesiones en cráneo.
Cuerpos extraños en los ojos.
Las miodesopsias son frecuentes y no sobra decir que siempre requieren exploración oftalmológica, la cual permitirá el diagnóstico precoz del riesgo de
desprendimiento de retina. Cabe mencionar que cuando el daño es grave el médico cuenta con la opción de unirla mediante cirugía láser o bien la llamada
vitrectomía, intervención microquirúrgica que elimina el gel vítreo contenido en el ojo a través de aspiración, posteriormente se inyecta una burbuja de
gas en esa misma zona, la cual empuja al tejido retinal hacia la pared posterior del órgano de la visión.

Ahora que lo sabe no dejará pasar desapercibidos ni fosfenos ni “mosquitas volantes”, pues aunque parezcan fugaces e inofensivas pueden ser la advertencia
de que algo de consideración está ocurriendo, ¿no lo cree?
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