Texto publicado por Jaime Nelson Arboleda Barrera

La rana que quería ser una rana auténtica: cuento.

La rana que quería ser una rana auténtica
Augusto Monterroso (México)
Había una vez una Rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los
días se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando
su ansiada autenticidad.
Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o
de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la
opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse
(cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban
y reconocían que era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo,
especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y
a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la
aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa
para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar
las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con
amargura cuando decían que qué buena Rana, que parecía Pollo.
Augusto Monterroso (México)
Breve reseña sobre su obra
Nació en Guatemala en 1921. Desde 1944 residió exiliado en México. El
origen modesto de su familia y el "miedo a los exámenes", como él dice,
le hicieron abandonar los estudios. Hacia los 15 años inició su
formación autodidacta; alternaba sus visitas a la Biblioteca Nacional
con el trabajo en una carnicería. De 1954 hasta 1956 vivió en Chile,
donde trabajó como secretario de Pablo Neruda. En 1988 recibió la
condecoración del Aguila Azteca de México por su aporte a la cultura de
este país. Falleció en México en febrero de 2003.

Obras completas (y otros cuentos) es el irónico título con el que se dio
a conocer en 1959. Es autor también de La oveja negra y demás fábulas
(1969), Movimiento perpetuo (1972), Lo demás es silencio (1978), La
palabra mágica (1983), La letra e (1987). Sus obras han sido traducidas
a numerosos idiomas. El reconocido escritor italiano Italo Calvino,
alabó la brevedad de sus cuentos en su obra Seis propuestas para el
próximo milenio.

La rana que quería ser una rana auténtica aparece publicado en La oveja
negra y demás fábulas, editado por Punto de Lectura.