Texto publicado por Félix Manuel

Mitología Griega. Aracne y la osadía de afrentar a los Dioses.

Aracne, hija de Idmón de Colofón, se había labrado una reputación como hábil bordadora y tejedora en su ciudad, Hipepa. Además, su padre también era conocido por su habilidad para teñir de púrpura las lanas procedentes de Tiro. Pero quiso la desgracia que Aracne, al ser a menudo colmada de alabanzas y cumplidos, llegase a presumir de poseer una habilidad mayor que la de la propia Minerva, que además de ser la diosa de la sabiduría y la guerra, también lo era de la artesanía.

Pese a que Minerva se sintió profundamente ofendida, ofreció a Aracne una posibilidad para arrepentirse de sus palabras. Habiendo tomado la forma de una anciana, Minerva advirtió a la joven y presuntuosa bordadora que no era bueno ofender a los dioses, y mucho menos menospreciar su poder. Lejos de amilanarse, Aracne se rió de la anciana y le dijo que podría vencer a los dioses en una competición de bordado, a lo que Minerva aceptó con gusto tras quitarse su falsa apariencia.

Mientras la diosa Minerva había tejido un hermoso tapiz en el que representaba su victoria sobre Neptuno, Aracne realizó una magnífica obra de arte en el que contaba historias sobre los dioses. Pero no cualquier historia, sino que mostraba en 22 partes todas las infidelidades cometidas por los dioses, y en las cuales habían utilizado las formas de animales para engañar a los mortales. Minerva se vio obligada a admitir que era una obra de arte impresionante, realmente a su altura, pero se sintió ofendida por el tema elegido para el tapiz, así que destruyó la obra y golpeó a Aracne por su osadía.

Y he aquí que el mito tiene dos finales diferentes, según la fuente de la que se extraiga. Por una parte, tenemos la huida y posterior suicidio de la joven bordadora, que no fue capaz de superar la humillación y el castigo de Minerva. Por otra, en la versión de Ovidio se nos muestra a minerva transformando el telar de Aracne en una gran tela de araña, y a la muchacha convertida en una araña como castigo por su insolencia.

La leyenda de Aracne bien podría ser una analogía sobre el descubrimiento del arte de tejer, posiblemente inspirado en las arañas y sus magníficas telas, además de ofrecernos otra versión de la historia del maestro que es superado por el alumno, cosa que parece no gustar a ningún maestro.