Texto publicado por Luisa Carmona

Nota: esta publicación fue revisada por su autor hace 5 años.

llegando a conclusiones

Hoy que decidí entrar al perfil de José Luis Sifuentes Solís que como es de conocimiento público, falleció el 18 de Marzo de 2013, me encontré con una publicación que perfectamente se podría resumir en una frase muy popular aquí en Colombia, al menos. "Al que le van a dar le guardan". Esta publicación habla de una pareja de ancianos que después de 60 años se re encuentran y se casan... Supongo que como muchos textos que nos encontramos en Internet no es más que una bonita historia fruto de la imaginación de alguien que anelaría algo así para su vida. Pero eso me hizo pensar que esa frase es muy real y el vivo caso de ello soy yo. Hace muchos años, ya casi 9, cuando fui tan activa por estas redes sociales y en las listas de correo entre muchas personas que tuve agregadas a mis contactos había un Jóven... Él dice que solo llegamos a cruzar un par de palabras y que decidió no hablar más conmigo porque le parecí creída y no lo culpo. No soy alguien que suela hablar o dar confianza a la primera; él siguió agregado en mis redes pero sin mantener contacto hasta que empezamos a jugar preguntados unos años más tarde. Pero nuevamente yo rompí el contacto. Esta vez, de una forma más directa, puesto que lo eliminé asegurando que él me hacía trampa en las partidas ¡Porque me dejaba en 0! En Febrero o Marzo de 2017, en la sala de juegos me encontré un usuario que me llamó mucho la atención y le hablé por privado; al responderme, y al decirnos quiénes éramos nos dimos cuenta que ya nos habíamos conocido. Lo agregué pero no hablábamos casi porque él no entraba mucho por allí. En Junio empezamos a hablar más porque entraba y compartíamos con un grupo de amigos, más que nada porque otros dos conocidos de acá y yo planeábamos ir a Medellín el mes siguiente y así fue. Nosotros viajamos y allí lo conocí personalmente. La primera impresión que tuve sobre él, fue que era muy serio y algo distante... pero al compartir esa tarde descubrí que se podía hablar y empezamos a coquetear. Él me llamó la atención pero no le di mucha importancia; entonces, mi corazón le pertenecía a otra persona. Pero con eso y todo éste personaje me llamó durante todo el tiempo que estuve en Medellín y cuando viajé a Pereira. Poco a poco y por otras vías, nos fuimos gustando más más y más hasta que en Octubre de ese mismo año nos vimos y oficializamos la relación. Relación que hoy está a punto de cumplir los dos años y que sigue haciéndonos tan felices como entonces. Con esta historia no pretendo invitarlos a soñar ni a pensar en todas esas palabras que nos dicen a diario de que algún día llegará el que es, o que todavía estamos muy jóvenes ni nada de eso, si no que quiero divagar un poco sobre las ironías de la vida y de que como hay frases que sí se cumplen de principio a fin.
¡Un brindis por esos amores!