Texto publicado por Marcos Molina

LAS REGLAS DEL ESTUDIO BÍBLICO - REGLA # 6. del libro CÓMO ESTUDIAR LA BIBLIA Por, Greg Kedrovsky.

REGLA # 6: . LOS TRES PLANES .
La regla: Dios ha revelado tres planes diferentes en la Biblia—los planes para el universo, para la
tierra y para el individuo.
Estos tres planes, aunque son diferentes y distintos, forman un sólo plan de Dios para la creación. Es por
esto que es muy importante que el cristiano entienda los tres planes porque si no entiende el plan de Dios
para el universo, no va a entender el plan para con la tierra. Y si no entiende estos dos planes, jamás podrá
entender el plan de Dios para con su propia vida.
El plan para el universo
El plan de Dios para el universo es el de extender Su reino a través de todo el universo.
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre
Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no
tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia
desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto. [Isa 9.6-7]
Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su
rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni
de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos. [Apoc 22.3-5]
Dios quiere establecer y extender Su reino a través de toda la creación, sin fin y sin límite. Entonces, este
plan incluye la población de otros planetas con gente que alabará y adorará a Jehová por su propio libre
albedrío. Dios quiere llenar Su creación (el universo, cada planeta) de la justicia y la única manera de
hacer esto es llenarlo todo de justos, de personas que andarán conforme a Su voluntad y Su plan para
siempre.
Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. [2Ped
3.13]
El plan para la tierra
El plan para la tierra se define en el Libro de Isaías y ahí también podemos ver la conexión entre este plan
y el que Dios tiene para el universo. Es un plan de población.
Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no
la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro. [Isa 45.18]
Dios quiere que la tierra sea habitada y llena de gente que le sigue y que le adora. Isaías 45.18 se trata de
la tierra cuando Dios la formó en Génesis 1.1, entonces podemos ver que el plan de Dios no ha cambiado
aun desde el tiempo de la creación perfecta. O sea, la rebelión de Satanás entre Génesis 1.1 y 1.2 (Ezeq
28.11-19; Isa 14.12-14) no cambió nada, porque cuando Dios empieza de nuevo, en Génesis 1.3 en
adelante, con la renovación de la creación, les da a Adán y a Eva una comisión para llenar la tierra. Así es
el plan de Dios para con este planeta.
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los
peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. [Gen 1.28]
El plan para el individuo
El plan de Dios para el individuo (el hombre) es un poco diferente para cada uno de los tres grupos de
personas. Recuerde que se puede dividir a todos los hombre en tres grupos: los gentiles, los judíos y los
cristianos. Un poco más adelante vamos a ver el plan que Dios tiene para los judíos y el que tiene para los
gentiles. Ahora, ¿cuál es el plan de Dios para nosotros? ¿Qué quiere hacer en y a través de los cristianos?
Dios quiere que seamos como Cristo para que vivamos como Él: entregados a la misión de buscar y
salvar a la gente perdida en sus pecados.
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su
Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. [Rom 8.29]
Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros. [Gal 4.19]
Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la
medida de la estatura de la plenitud de Cristo. [Ef 4.13]
Dios quiere tanto que seamos como Su Hijo que aun nos va a dar un cuerpo semejante al de Jesucristo en
Su gloria. Todos somos hijos de Dios, entonces todos seremos como el Hijo de Dios.
Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual
transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el
poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas. [Flp 3.20-21]
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando
él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta
esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro. [1Jn 3.2-3]
La unidad de los tres planes
Pensemos ahora en cómo es que estos tres planes están conectados entre sí. Si comparamos el principio
(Gen 1.1) con el fin (Apoc 22.1-5), podemos ver que la Biblia es realmente un ciclo. Dios empezó con Su
plan original, pero el pecado entró en el mundo entonces Dios está tomando unos 7.000 años para tratar
con el asunto. Una vez que Él termine con esta cuestión, volverá a Su plan original porque Dios no
cambia. Por esto ni Su deseo ni Su plan han cambiado desde el principio.
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. [Heb 13.8]
Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó. [Ecl 3.15]
El plan de Dios es llenar todo el universo de justicia (2Ped 3.13) y esto implica que lo llenará de justos.
De alguna forma, los santos de todas las épocas van a estar en todos lados de todo el universo, porque de
esta manera Dios extenderá su reino sin límite y para siempre (Isa 9.6-7; Apoc 22.5). Va a haber planetas
en el nuevo universo, entonces la tierra sirve como un modelo para entender lo que pasará con los
planetas. Ellos, como la tierra, serán habitables y habitados (Isa 45.18). Sucederá como debería haber
sucedido en el principio, con Adán y Eva (Gen 1.28).
Recuerde que se puede dividir a los hombres en tres diferentes grupos: gentiles, judíos y los cristianos
(llamados “hijos de Dios”; Juan 1.12-13; Rom 8.16). El plan de Dios para el universo tiene que ver con
los gentiles. Los santos gentiles (por ejemplo: Adán, Eva, Abel, Set, Noé, Job, etc.; santos que no son ni
judíos ni cristianos) serán resucitados y recibirán nuevos cuerpos que vivirán para siempre. Se procrearán
según la comisión que Dios les dio a Adán y Eva (porque este es el plan de Dios para la tierra, y por lo
tanto para los demás planetas). Una vez que llenen un planeta, parece que serán llevados en parejas a
otros planetas para seguir poblando todo el universo. Es lo mismo que vemos en Génesis 2: una pareja de
gentiles con la comisión de poblar el planeta.
En Génesis 2 y 3 vemos otra pieza del rompecabezas de este plan integral de Dios para con Su creación.
Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día... [Gen 3.8a]
El Hijo de Dios (la manifestación de Dios en el mundo físico) estaba allá en el huerto de Edén con la
pareja de gentiles, Adán y Eva. Así que, parece que nosotros, los hijos de Dios, estaremos a cargo de
alguna manera de la población de los planetas por los gentiles. Nuestro “centro de operaciones” será la
Nueva Jerusalén (Apoc 21.9-11), pero todo nuestro trabajo en la expansión del reino universal de Dios
tomará lugar “en el campo”, en el universo. Parece que tendremos autoridad sobre planetas y sectores de
planetas (por ejemplo, vea el cuadro en Luc 19.17 y 19.19).
Él último grupo que queda es el de los judíos. El plan de Dios para el universo tiene que ver con los
gentiles. El plan de Dios para la tierra tiene que ver con los judíos. Ellos recibirán la tierra como una
herencia. Son los “mansos” que Cristo mencionó en el Sermón del Monte.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. [Mat 5.5]
Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis
manos, para glorificarme. [Isa 60.21]
Por supuesto ellos recibirán la nueva tierra que Dios hará después del Milenio (Apoc 21.1-2). Pero,
después de fructificar y multiplicarse en la nueva tierra, parece que ellos también saldrán para recibir y
poblar nuevas “tierras”. Puesto que Israel será la cabeza de las naciones (Isa 2.2-5; Sal 47.3), los judíos
desempeñarán algún papel de autoridad y gobierno entre los gentiles que están poblando el universo.
(Para más detalles sobre todo esto, vea mi libro El estudio de los sietes.) .
¿Por qué es todo esto importante para el cristiano? Recuerde lo que vimos al principio del estudio sobre
esta regla. Los tres planes forman un solo plan para la creación. Así que, si no entendemos el plan de Dios
para el universo, no vamos a entender el plan para la tierra. Y si no entendemos lo que Dios quiere hacer
en la tierra y en el universo, jamás entenderemos lo que Dios quiere hacer con nosotros. La gran mayoría
hoy día cree que cuando un santo muere, va al cielo con el cuerpo de bebé gordito con alitas para sentarse
sobre una nubecita, tocar un arpita y cantar himnos por toda la eternidad. ¡Qué aburrido! Pero es una
mentira del diablo que él inventó para hacer que el hombre prefiera estar en el infierno “con todos sus
amigos festejando” que el cielo aburrido todo gordillo y pusilánime no haciendo nada. Tenemos que
entender que Dios tiene un plan para nosotros hoy día y también para la eternidad. Y no tiene que ver con
bebés gorditos tocando arpas sentados en las nubes del cielo. ¡Es un plan enorme y eterno!
Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las
que Dios ha preparado para los que le aman. [1Cor 2.9]
Nosotros formamos parte de este plan, y esto debería motivarnos a trabajar hoy en el mismo. Dios
extenderá Su reino a través de todo el universo en la eternidad y nosotros participaremos en esto.
Entonces, ¿porque no trabajamos hoy en lo mismo, en el plan de Dios para extender Su reino en los
corazones de los hombres? Será una inversión en la eternidad .
Greg Kedrovsky.