Texto publicado por Irene Azuaje

Sorprenda a su pareja con caricias seductoras e inolvidables

ANA SIERRA @_AnaSierra_ • 13/01/2017 03:03 El entrenamiento para acariciar bien es fundamental, pero la intención e intensidad lo son aún más
"No olvide hacerlo en oleadas, como si sus manos fueran olas de mar que alcanzan la playa"
Me han regalado un dado de entrenamiento braille. No sé si lo conocerá pues está diseñado para facilitar la lectura a las personas ciegas. "¿Qué tendrá que ver esto con la sexualidad?", se preguntará. Aunque reconozco que es un instrumento que jamás pensé que me motivaría para escribir un artículo pero, en cuanto me lo entregaron, supe que era necesario hacerlo.
Raquel Díaz Illescas, psicóloga y sexóloga, a quien me encontré en un congreso de sexología, encerró un pequeño regalo entre mis manos, y me dijo: "Esto es para ti, es una buena forma de trabajar el tacto fino, calmar la mente y aprender a acariciar". Se lo agradecí entusiasmada, con abrazo incluido, abrí mi mano y vi el dado. "¿Para acariciar?", comenté yo. "Sí, no es sólo para que aprendas braille, hazlo si quieres. Tampoco es un acto de empatía con las personas que somos ciegas, aunque no estaría mal que todas las personas lo hicieran. Es una oportunidad para que tus caricias se vuelvan más seductoras e inolvidables, tanto sobre el cuerpo de otra persona, como sobre el tuyo propio". Como para no desear ese dado. Si no me lo hubiera regalado, sin duda, lo hubiera pedido para Reyes.
Como ve, hay personas que enseñan a acariciar. Raquel es una de ellas y yo su discípula agradecida.
AcaríciameGeneralmente, pedir que le acaricien es desear que se deslicen sobre su cuerpo, que rocen suavemente su piel, demostrando cariño, complicidad o deseo, habitualmente con las manos, aunque funciona con cualquier otra parte del cuerpo. Es una de las formas de expresar el afecto, y no todas son físicas, las hay verbales y no verbales, como con una mirada cariñosa o con palabras agradables y bonitas, por ejemplo.
También es una expresión de amor, del tipo que sea. Una caricia es una forma de decir "te quiero" a su pareja, a su hijo o hija, a las amistades cercanas, a su padre, su madre, a los abuelos o a quien considere y crea que será bien recibido, pues las caricias son para generar bienestar, no para incomodar.
La familia nos genera los primeros aprendizajes psicoafectivos, siendo las caricias parte importante en la construcción de la autoestima, presente y futura. Los modelos afectivos y relacionales familiares se aprenden y repiten dentro y fuera del núcleo familiar. Por tanto, es muy probable que, si una persona se desarrolla en un entorno afectivo, con familiares que expresan su cariño, ésta a su vez lo haga con el resto de sus interacciones sociales, entre amigos, con las parejas, sus futuros hijos y su entorno, según el nivel de cercanía.
Por supuesto, la intencionalidad sexual y erótica no estaría presente cuando acariciamos a nuestros hijos, pero eso no significa que nos sintamos placer cuando nuestros padres nos acarician, abrazan o nos sonríen, ¿verdad? La intencionalidad matiza los diferentes afectos. ¿Para qué acaricio a mi pareja y para qué acaricio a mi hijo? Evidentemente no son los mismos objetivos.
Cómo disfrutar las cariciasMe centraré en la modalidad táctil pues a bastantes personas les cuesta, o no saben hacerlo o recibirlo. Hay personas que se erizan de placer y otras de desagrado o miedo cuando les tocan o las ofrecen. Es probable que tenga que ver con su esquema psicoafectivo. Quizá tuvo experiencias negativas asociadas al tacto a lo largo de su vida o puede que sus habilidades acariciadoras no estén muy desarrolladas, sin más.
El miedo ha de quedar fuera del juego. Al menos hay que arriesgarse e ir cogiendo confianza. Hay que focalizarse en las sensaciones y abstraerse de interferencias externas o internas, no escuchando nuestro pensamientos limitantes, como "no sé hacerlo", "no (me) van a gustar" o "¿Y si genero rechazo?", por ejemplo.
La psicóloga Díaz Illescas, recomienda cuidar la estética de las manos, que no raspen, utilizar cremas y limar las uñas, pues pueden formar parte de las caricias.
"Las caricias precisan de paciencia, realizarlas sin prisa y dejar que los dedos viajen para descubrir nuevos rincones", afirma la experta. "No olvide hacerlo en oleadas, como si sus manos fueran olas de mar que alcanzan la playa al completo. Zonas como las axilas se suelen olvidar pero es absolutamente delicioso, que las bañe el oleaje".
Imagine que está dando crema en el cuerpo de alguien o en el suyo propio con el único propósito de hidratar. Es mecánico, eso no serían caricias. Si lo hace con un objetivo adicional afectivo, como cuidar, ofrecer placer y cariño o aumentar su deseo o autoestima, con mayor o menos intensidad y sin tratar de dar un masaje necesariamente, eso sí son caricias.
No olvide que el placer lo recibe quien da y quien recibe, y si me lo doy, doble placer para mi. Por tanto, podría ponerlo en práctica en su cuerpo.
Ejercicios para aprender a acariciarEl deseo juega un papel importante pero no sería suficiente para hacerlo bien. Hay gente con mucho deseo pero poco habilidosa.
Raquel D. Illescas, asegura que podemos practicar de muchas maneras en nuestro día a día. Aparte de con el dado Braille, podemos utilizar las bolas chinas, pero no las vaginales, sino las manuales y metálicas, utilizadas para la meditación y relajación. Suelen ser dos que hacemos girar continuamente en una de nuestras manos. Desbloquean y agilizan nuestros dedos.
Realizar actividades como la alfarería, acariciando y moldeando la arcilla, o jugar con las masillas o pastas de modelar de colorines que los niños usan para sus manualidades y juegos, será un divertido entrenamiento y muy creativo.
Igualmente, jugar con la nieve, escribiendo o dibujando sobre ella o sobre la escarcha que se genera en los cristales de su coche o hacer castillos en la playa, decorándolos con 'churritos' de arena y agua o definiendo detalles con el dedo, sería un entrenamiento muy efectivo.
Tipos de cariciasEl entrenamiento es fundamental, pero la intención e intensidad lo son aún más. Así conseguiríamos caricias tiernas o calientes.
- Acariciar los pies de su pareja bajo la manta genera acercamiento. Si tienen cosquillas mejor acaricien la zona del empeine, menos sensible que la planta, y apueste por las pedicuras. Un arañazo puede generar el efecto contrario.
- Hacer manitas en el cine, literalmente, es acariciar las manos de la persona que le acompaña. Entrelazar los dedos y acariciar las zonas interdigitales es un gran activador del deseo.
- Acariciar la espalda en la cama para conciliar el sueño es un acto de amor muy intenso, siempre que le guste a la otra parte. Y si no consigue dormir, puede que le genere calor y las caricias sean mutuas e intensas.
- Deslice sus manos por la cara interna del cuerpo. La piel es mucho más sensible, aunque no todo el mundo soporta tanta estimulación.
- Acariciar con una mirada tierna o insinuante, según desee, mientras toca suavemente a otra persona o incluir palabras bellas o sexys, conseguirá que se erice todo su cuerpo aumentando el efecto de la caricia física.
- Escriba o adivine mensajes cariñosos o pícaros con el dado de braille. Para conseguir que le entiendan, ambos tendrán que entrenar. Se convertirán en expertos acariciadores.
- Y ¿qué le parecería acariciar su lengua, labios o mejillas al besarse? Rozar los labios siempre me ha parecido una caricia mágica.
- Bailando, el roce de un seno sobre el cuerpo de la otra persona puede llegar a ser una caricia muy sensual, al igual que el roce de los genitales masculinos bajo la ropa, si es deseado, claro. Para conseguir lo primero, la 'kizomba' es muy adecuada, y para lo último, una bachata sensual no le defraudará.
Rodéese de personas acariciadoras que le acaricien la vida.