Texto publicado por Marcos Molina

Capítulo 2 LAS REGLAS DEL ESTUDIO BÍBLICO - REGLA # 4. del libro CÓMO ESTUDIAR LA BIBLIA Por, Greg Kedrovsky . REGLA # 4: . LAS TRES APLICACIONES .

REGLA # 4: . LAS TRES APLICACIONES .
La regla: Cada pasaje en la Escritura tiene tres aplicaciones básicas: la histórica, la doctrinal y la
personal.
En cada pasaje de la Biblia usted encontrará tres aplicaciones, tres maneras de entender y aplicar los
mismos versículos. Siempre debe establecer y entender las tres aplicaciones en el orden debido: primero
la histórica, luego la doctrinal (que se llama también la profética) y al final la personal. Si tratamos de
aplicar un pasaje de la Biblia a nuestras vidas personales sin entender su contexto histórico ni su contexto
doctrinal (profético), corremos el riesgo de torcer la Escritura aplicándola de una manera equivocada.
Casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender,
las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.
[2Ped 3.16]
Estas tres aplicaciones se llaman también “contextos”. Hay un “contexto histórico” de un pasaje (una
aplicación histórica). También hay un “contexto doctrinal (profético)” y otro “personal”. Se puede usar
los dos términos de igual manera porque implican lo mismo en el contexto de esta regla del estudio
bíblico. Lo que queremos hacer ahora es ver cada una de las tres aplicaciones en detalle y con unos
ejemplos para aclarar sus definiciones.
La aplicación histórica (El contexto histórico)
Esta aplicación se refiere al hecho de que lo que leemos en cualquier pasaje de la Escritura, es historia
verdadera y verídica. Lo que leemos en la Biblia son acontecimientos que realmente sucedieron en el
tiempo y el espacio. Son hechos de la historia que tomaron lugar en el pasado, no mitos ni cuentos de
gente primitiva. Históricamente la Biblia es 100% veraz, sin ningún error ni equivocación.
Hemos de entender un poco del contexto histórico del pasaje que estamos leyendo o estudiando. Fueron
eventos que realmente pasaron y era gente que realmente vivía, entonces debemos entender un poco de lo
que viene “con” el “texto” (el “contexto”) histórico.
Uno puede establecer el contexto histórico haciéndose algunas preguntas como las siguientes. ¿Quién lo
escribió (el autor humano)? ¿Cuándo lo escribió (no tanto la fecha sino la ubicación en la historia de la
Biblia)? Por ejemplo, David escribió la mayoría de los Salmos, y escribió muchos de ellos cuando estaba
huyendo bajo la persecución de Saúl. Esta información nos ayuda a entender los Salmos en su debido
contexto histórico y luego a llegar a establecer el contexto doctrinal (profético) y el personal (de cómo
aplicar los Salmos a nuestras vidas). Doctrinalmente los Salmos de persecución forman un cuadro
profético de Israel (en cuadro: David) perseguido por el Anticristo (en cuadro: Saúl) durante la
Tribulación (Apoc 12.17). Así que, personalmente, nosotros podemos encontrar mucho consuelo y paz en
los Salmos cuando estamos experimentando persecución en nuestras vidas por querer vivir piadosamente
(2Tim 3.12).
Debe ver por esto, entonces, qué tan importante es el orden que ha de seguir cuando está estableciendo las
tres aplicaciones. La historia le ayudará a entender la profecía que hay en los tipos y cuadros del pasaje.
El entendimiento de la historia y la doctrina, entonces, le ayudará a hacer la aplicación personal sin torcer
la Escritura aplicándose algo a sí mismo que no debe.
Otro buen ejemplo de la aplicación histórica es el Libro de Job. Antes de estudiar los detalles de este
libro, primero se debería entender un poco acerca de su contexto histórico. Se escribió el Libro de Job
alrededor del mismo tiempo cuando Abraham vivía. Esta es la respuesta de la pregunta acerca de cuándo
se escribió (cómo es su correlación con los eventos de la historia bíblica). Esta información histórica es
importante para entender el Libro de Job porque en los días de Abraham había gente que pudo haber
hablado con personas que conocían a los hijos de Noé. O sea, Job vivía durante una época relativamente
cercana del diluvio de Génesis 7, tan cercana que Job pudo haber hablado con alguien que conocía a Sem,
Cam o Jafet. Imagínese el conocimiento que ellos tenían en aquel entonces acerca de la tierra de antes,
acerca de los hijos de Dios y acerca de todo lo que pasó con estos “dioses” que bajaron para vivir entre
los hombres (comparar Gen 6.1-4 con 2Ped 2.4-5 y Jud 6-7; los “hijos de Dios” eran ángeles caídos). Al
entender el contexto histórico, entonces, del Libro de Job, podemos esperar mucha enseñanza sobre el
mundo de antes del diluvio de Noé. Y así es. Job es un libro repleto de referencias al mundo antediluviano
y también al mundo original de Lucero en Génesis 1.1 (Ezeq 28.11-19) antes de su rebelión que causó la
gran brecha entre este primer versículo de la Biblia y el segundo (Isa 14.12-14). Por ejemplo, Job 38.1-7
se trata del mundo original de Lucero en Génesis 1.1. Lo que sigue en Job 38.8-11 es la historia del
diluvio universal que resultó en el universo lleno de agua que vemos en Génesis 1.2-8. Job y sus
contemporáneos vivían pocas generaciones después de los que conocían mucho sobre los hechos y por lo
tanto todavía había mucho conocimiento que ahora ya se ha perdido a través de los siglos.
La aplicación doctrinal (El contexto doctrinal)
Además de una aplicación histórica, cada versículo, cada pasaje, cada capítulo y cada libro de la Biblia
tiene una aplicación (contexto) doctrinal. Esto quiere decir que cada pasaje, está dirigido a personas
específicas por una razón específica para enseñarles una verdad específica. Esta enseñanza específica es
la aplicación (el contexto) doctrinal. Puesto que a menudo esta aplicación tiene que ver con algo en el
futuro (nuestro futuro o el futuro del autor humano), se llama la aplicación profética o el contexto
profético.
Aunque hay muchas maneras diferentes de aplicar un pasaje o una verdad a nuestras vidas (o sea, hay
muchas aplicaciones personales), sólo hay una aplicación doctrinal. Este contexto profético es lo que la
Biblia “dice” y no “dice” otra cosa. Así que, es sumamente importante establecer el contexto doctrinal
antes de buscar una aplicación personal. Si no lo hace, podría aplicar algo a su propia vida que tiene que
ver con el Antiguo Testamento, con la Tribulación, con el Milenio o aun con la eternidad.
También es muy importante establecer el contexto histórico antes de tratar de fijar la aplicación doctrinal.
La historia (los eventos, los personajes, etc.) nos ayuda a entender cómo será la aplicación profética. Por
ejemplo, históricamente 1Pedro fue escrito a los judíos en dispersión (1Ped 1.1) que estaban
experimentando aflicción (1Ped 1.6). Habrá un tiempo en el futuro cuando los judíos en dispersión
sufrirán mucha aflicción y persecución.
Entonces el dragón [Satanás / el Anticristo] se llenó de ira contra la mujer [Israel]; y se fue a hacer guerra
contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de
Jesucristo. [Apoc 12.17]
Este tiempo futuro se llama la Tribulación (Mat 24.4-31). Entonces, el contexto histórico de 1Pedro (que
fue escrita a judíos sufriendo aflicción) nos ayuda a entender el contexto doctrinal y profético. Primera de
Pedro es uno de los libros del Nuevo Testamento que, doctrinalmente, se escribió a los judíos en la
Tribulación (no es directamente para nosotros, los cristianos, que vivimos durante la época de la Iglesia).
Establezca primero el contexto histórico y luego use la historia como base para entender el contexto
doctrinal.
Sigamos con nuestro ejemplo del Libro de Job para entender mejor la aplicación doctrinal. Ya hemos
visto algo en cuanto a la historia de Job que nos ayuda a entender el contexto. Históricamente el Libro de
Job fue escrito durante los días de Abraham y por esto contiene un montón de información acerca del
mundo de antes. Pero, ¿qué tal el contexto doctrinal? ¿Cuál será? El Libro de Job es un cuadro doctrinal
de los judíos en la Tribulación. Piense en los elementos de la historia registrada en este libro. Job sufrió en
la tierra de Uz, que es la tierra de Edom, el lugar donde Dios preservará a los judíos durante la
Tribulación (Mat 24.15-16; Apoc 12.6, 13-17). Muchos creen que los judíos hallarán refugio en Petra, una
cuenca (planicie) en lo alto de las montañas al sur y un poco al este del Mar Muerto en Edom. Es uno de
los lugares más inaccesibles de la tierra. Parece como un verdadero anfiteatro pero completamente aislado
de todo a su alrededor. El único acceso es un angosto desfiladero de un kilómetro y medio de largo, que
está entre elevados riscos de granito (o sea, es bien fácil de defender). Entonces, como Job fue perseguido
en la tierra de Edom, los judíos también lo será en la Tribulación.
Además de sufrir en la tierra de Edom—donde los judíos buscarán refugio en la Tribulación—Job padeció
su aflicción por siete días y siete noches, un cuadro de los siete años que el judío va a estar en la
Tribulación. También el Libro de Job consta de 42 capítulos exactamente como habrá 42 meses en la Gran
Tribulación (los tres años y medio de la última mitad de la Tribulación).
Piense en la ubicación del Libro de Job en la Biblia. Justo antes, en el Libro de Ester, hay un
arrebatamiento de una reina gentil (Vasti, un cuado de la Iglesia; Est 1.19) quien es reemplazada por una
judía (Ester, en el capítulo 2). Luego se manifiesta el Anticristo (Amán) quien empieza una persecución
de los judíos exactamente como sucederá en la Tribulación. Todo esto es un cuadro del cambio de poder
que sucederá antes de la Tribulación. Dios quitará a la Iglesia en el arrebatamiento y volverá a poner su
atención en Israel (Rom 11.25). El arrebatamiento de la Iglesia (que en su mayor parte es gentil, como
Vasti) sucede justo antes de la revelación del Anticristo (Amán), un cuadro de la abominación desoladora
a la mitad de la Tribulación (Dan 9.27; Mat 24.15; 2Tes 2.8). Después viene el Libro de Job, un cuadro
doctrinal de los 42 meses de la Gran Tribulación.
Además de todo esto, vemos que la persecución y el sufrimiento de Job se deben a la obra personal de
Satanás (Job 1.12; 2.6), exactamente como la persecución de los judíos en la Gran Tribulación (Apoc
12.13, 17). Sin embargo, al final del libro Dios restaura a Job (Job 42.10) como restaurará a Israel al final
de la Tribulación (Isa 2.2-4; Zac 14.14).
Job es uno de los libros más profundos que encontramos en la Biblia. Contiene un conocimiento del
mundo de antes del diluvio de Génesis 7, tanto el mundo de Noé como el de Satanás. Además, es un
cuadro doctrinal y profético del judío en la Gran Tribulación. Hay mucho en cada capítulo que Dios
quiere mostrarnos acerca de aquel tiempo que está por venir después de nuestra salida en el
arrebatamiento. Sin embargo, no debemos parar aquí porque no hemos llegado a ninguna aplicación
personal de lo que estamos estudiando.
La aplicación personal (El contexto personal)
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. [2Tim
3.16-17]
Toda la Escritura es útil para cambiar nuestras vidas de maneras prácticas. El simple hecho, por ejemplo,
de que Job sea un libro que se trata doctrinalmente de la Gran Tribulación no implica que no haya en él
unas buenas aplicaciones para nuestras vidas hoy. ¡Por supuesto que hay! Segunda de Timoteo 3.16-17
dice que en toda la Escritura (en cada versículo de cada libro de la Biblia, de Génesis a Apocalipsis) hay
una enseñanza para nosotros, una redargución, una corrección o algo que nos instruye en el camino de la
justicia. Siempre hay algo en cualquier pasaje de la Biblia que podrá servir para perfeccionarnos y
prepararnos para la obra que Dios tiene para nosotros.
Aun el Antiguo Testamento sirve para nuestra edificación y crecimiento espiritual.
Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y
la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. [Rom 15.4]
Aunque el Antiguo Testamento (“las cosas que se escribieron antes”) está escrito en su mayor parte a los
judíos, un cristiano puede aprender y aplicar mucho de lo que lee ahí, especialmente los principios
espirituales.
Sólo hay una aplicación histórica y una doctrinal (profética), pero hay miles de diferentes maneras de
aplicar los principios que vemos en la Biblia. La aplicación histórica y la doctrinal nos ayudan a llegar a
una aplicación personal porque “marcan la cancha” mostrándonos los límites de lo que podemos tomar
personalmente sin torcer la Escritura ni aplicar algo a nuestras vidas que no debemos.
Volvamos otra vez a nuestro ejemplo del Libro de Job. Aunque Job trata de un tiempo en la historia un
poco después del diluvio, y a pesar de que doctrinalmente es un cuadro de la Gran Tribulación, hay
mucho en este libro que podemos aprender y aplicar a nuestras vidas personales. Por ejemplo, ojalá que
nosotros podamos responder a las pruebas en nuestras vidas con tanta integridad como Job. Después de
perder su ganado, a sus siervos y aun a sus hijos, Job dijo lo siguiente:
Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre
de Jehová bendito. [Job 1.21]
Durante las pruebas de nuestras vidas, no debemos atribuirle a Dios ningún despropósito. Hemos de
confiar completamente en Él, sabiendo que Dios usa las pruebas para pulirnos y seguir conformándonos a
la imagen de Cristo.
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados. [Rom 8.28]
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me
gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo
me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy
débil, entonces soy fuerte. [2Cor 12.9-10]
El Libro de Job, entonces, puede servir de mucho consuelo para el cristiano que está sufriendo. Dios
siempre tiene un propósito en nuestra aflicción, siempre tiene algo que quiere que aprendamos. Entonces,
simplemente porque un libro o un pasaje no se aplica directamente (histórica o doctrinalmente) a
nosotros, no quiere decir que no haya ninguna aplicación en él para nosotros. ¡Claro que hay aplicaciones
personales, y muchas! Uno puede aplicar toda la Escritura, pero debería entender el contexto histórico y
el doctrinal primero para evitar tergiversar la Palabra de Dios.
Un ejemplo de las tres aplicaciones: Un personaje
Ya que hemos visto las tres aplicaciones en el contexto de un libro de la Biblia (Job), veamos otro
ejemplo de esta regla en un personaje, Caín. Él aparece por primera vez en la Biblia en Génesis 4—la
historia del homicidio de su hermano Abel. La aplicación histórica es fácil de establecer. Se trata de un
tiempo justo después de la caída de Adán y Eva en el pecado. Todo lo que se escribió en Génesis 4 es
historia verdadera, no un mito judaico.
Doctrinalmente, Caín es un tipo y cuadro del Anticristo que está por venir en la Tribulación. Caín y el
Anticristo son homicidas (Juan 8.44). Ambos también son “del maligno”, Satanás (1Jn 3.12; 2Tes 2.9).
Además, los dos tienen una “marca” (Gen 4.15; Apoc 13.13-18). Entonces, doctrinal y proféticamente
Génesis 4 dice y enseña una sola cosa. Nos enseña acerca del Anticristo a través de una prefiguración en
el personaje de Caín. Abel, entonces, es un tipo y cuadro de Cristo.
Personalmente hay mucho que podemos aprender de Génesis 4 acerca de nuestro andar con Cristo. Por
ejemplo, Caín era un hombre muy religioso. Él llegó primero que Abel para ofrecerle a Dios el fruto de la
tierra como ofrenda (Gen 4.3). Y como el hombre religioso hoy día, Caín llegó con una ofrenda del fruto
de sus propias obras. La ofrenda de Caín fue algo que él mismo sembró, cuidó y luego segó. Fue el fruto
de sus labores tal como las buenas obras que el hombre religioso ofrece a Dios para obtener Su
aceptación. Sin embargo, Dios no quiere nuestras obras (especialmente cuando se trata de la
“aceptación”—o sea, la salvación—del hombre; Ef 2.8-9). Dios quiere el “primogénito de las ovejas”
como le llevó Abel (Gen 4.4), un cuadro del sacrificio de la muerte sustituta de Cristo, el Cordero de Dios
(Juan 1.29). Esa es la diferencia entre la religión basada en las obras del hombre, y la relación personal
con Dios que se fundamenta en el sacrificio de Cristo Jesús en la cruz.
Recuerde el orden de establecer las tres aplicaciones, porque es sumamente importante. Debemos
determinar primero la aplicación histórica (el contexto histórico), luego la doctrinal (profética) y al final,
cuando ya sabemos algo sobre la historia y la doctrina del pasaje, la aplicación personal. De esta manera,
siguiendo esta “regla de juego”, podemos estar seguros de que no estamos tergiversando la Escritura . .

Greg Kedrovsky.