Texto publicado por Miguel de Portugalete

contraste de guatemala un país que enamora

Contrastes de Guatemala, un país que enamora  

Mabel Mercedes Petrini    

Desde la llegada uno siente que entra a una tierra mágica. Lo primero que se ve desde el avión es un imponente volcán que sobresale las nubes. Pero Guatemala
tiene muchos volcanes, como 36, de los cuales 3 están activos. Uno de ellos , el Pacaya, hizo erupción en el 2010. Subir al Pacaya, ya sea caminando o
a caballo, significa ver un paisaje muy hermoso, encontrarse con los restos de la erupción y ver cómo la vegetación va surgiendo nuevamente. 

Guatemala es sinónimo de selva, de gente muy sonriente y educada(cohabitan 23 grupos étnicos), de increíbles restos arqueológicos y de ver la cultura maya
viva. Hay pueblos como Chichicastenango, donde el 99% de la población es maya. 

Guatemala es sinónimo también de pobreza; según nuestro guía Darío Morán, el 70 % de la población trabaja en negro, el 50 % cocina con leña, más de la mitad
de la población no tienen agua corriente, el 60 % de los niños sufre de desnutrición, hay un 59% de pobreza y un 23% de pobreza extrema. 

Cómo introducción a la gran cultura de este país es bueno ir al museo Popol Vuh , en la ciudad de Guatemala. Este nombre representa al libro sagrado maya
y en el museo uno puede empezar a entender lo que fueron las etnias mesoamericanas. 

Como parte del tour, llegamos a un pueblo llamado Democracia, donde conocimos algo de la cultura olmeca, vimos las barrigonas en la plaza principal del
pueblo, unas enormes moles de piedra talladas. Allí nos contaron que fueron los olmecas los que legaron a los mayas la aritmética, la arquitectura y la
astronomía. La cultura olmeca fue matriarcal.

De Democracia fuimos a Chichicastenango, donde se lleva a cabo la feria artesanal maya más grande del país. Los tejidos, las maderas talladas, las piedras,
los instrumentos, los collares, todo es muy bonito y siempre se debe regatear el precio. En su iglesia principal, en la entrada, debajo de la escalinata,
hay un altar maya, donde se queman semillas, plantas, tabaco y otras cosas como ofrenda. Una iglesia increíble es la de San Andrés de Xecul. Está pintada
de color amarillo y rojo, dos colores sagrados para los mayas y tiene en la parte alta la figura de dos jaguares. Además tiene en la fachada, mazorcas
de maíz y quetzales (pájaro sagrado para esta cultura y nombre de la moneda guatemalteca). Los colores representan también los wipiles y polleras de las
mujeres. 

Nuestro camino siguió al mercado de frutas y verduras de Almolonga. Allí lamentablermente nos robaron. Es importante en este mercado no llevar nada en los
bolsillos, ni carteras, nada que pueda llamar la atención. El guía nos previno que podía pasar y nos sugirió no llevar nada. El mercado en si es muy llamativo,
además de frutas y verduras se comercian animales vivos. 

Nuestro tour nos llevó al Lago Atitlán, belleza natural si las hay. Es un lago que en su parte media llega a tener 300 metros de profundidad, que está bordeado
por tres volcanes y por doce pueblos. En frente a dos volcanes hay un cerro llamado el cerro del oro. Cuenta una leyenda ( muy parecida a la de los comechingones
de Córdoba) que cuando llegaron los españoles, los nativos de ese lugar subieron al cerro y se tiraron al vacio para suicidarse. También dicen que al frente
de ese cerro y hundida en el lago , se encuentra una antigua ciudad. 

De allí partimos rumbo a la ciudad cieja, Antigua, una bella ciudad con arcos, monasterios, iglesias coloniales y una fábrica de joyas de jade que son una
belleza. 

Después de unas cuantas horas de viaje, pudimos llegar a Semuc Champey. Bañarse en el medio de la selva ,en inmensos y naturales pozos de agua totalmente
cristalina y con peces que se divierten mordiéndote los pies. Llegar allí no fue fácil, el viaje en parte es en la caja de un camión, pasando por caminos
muy destruidos y por un puente en no muy buenas condiciones. 

Como frutilla de este gran postre, visitamos al final del recorrido tres grandes sitios arqueológicos Quirigua, Tikal y Copán ( en Honduras). En Tikal,
retrocedemos 2000 años. En este lugar uno toma dimensión de la importancia de esta cultura que debió abandonar las ciudades como consecuencia de haber
devastado la selva. 

Antes de seguir al sitio Quirigua, donde vimos estelas talladas en piedra hasta de 10 metros de alto, hicimos un recorrido por el Río Dulce bordeado de
selva, flores acuáticas y casas sobres pilotes, llegando a Livingston, único sitio donde encontramos gente de piel color canela en la costa caribeña de
Guatemala. 

Guatemala es un país asombroso y rico en muchos sentidos. Es mejor ir con guias; en varios lugares encontramos manifestaciones y siempre nos dijeron que
había lugares poco seguros. Así y todo hacía mucho tiempo que un viaje no me dejaba tanta riqueza emocional, espiritual y cultural. 

LaNacion.